12.4.11

Recuerdo de las especies

a Twombly y al lugar donde las personas parecen desaparecer

1.

¿Qué sentía cada vez que miraba el agua? Nunca me ahogué en ese lago pero, una vez que llegaba ahí, sabía que no necesitaba ir hacia ningún lado más, por lo menos por un tiempo.

Fue entonces en un verano cuando el lago se corrió y me mostró sus lejanas especies. Antes un bosque, antes nada, antes un barrio, ahora raíces de piedras. Sentí en ese momento que me acompañaba de alguna manera. Fuga disuelta en una poesía que no termina y un deseo de arrancarlo todo y que vuela a ser desierto.

2.

El bosque corrido me pregunta qué hacía ahí. Estoy, ¿no lo ves?, te observo, te contemplo y sos a quien culpo de todo, sos un lugar para mí y, aunque no estés vivo, creo en vos. Sobre vos crecen mis nuevos deseos y las historias más fantásticas donde es posible ver varios paisajes a la vez sin marearse, donde en una tarde se puede ver una lluvia de mojarras que devoran lo que sea que flote sobre el agua, donde una vez hubo peces dorados grandes como las piedras volcánicas que se asoman cuando llega la sequía y ésta te descubre como la extensión de un río seco y otras veces como una calle de agua sin ninguna isla a la cual aferrarme.

3.

Quizás me esconda abajo de los sauces.

Todo lo que puedo ver posiblemente sea un invento donde lo sutil quizás lo encuentro en lo que queda de este lugar cada vez que se abren las compuertas de la represa y se suelta una gran masa de agua que corre hacia el lado de la ciudad haciendo así que el invierno dure más años.

4.

El agua viene desde la selva del norte, en un temporal, le dicen: el verano de agua donde el río se vuelve amplio y crece como quiere, su caudal es una amenaza para el pueblo con forma de pozo; la represa esta vez no puede contenerlo y el río crece veinte metros del nivel acostumbrado.

Siento alivio al poder ver el cielo rosado en el reflejo del agua extensa y, cansada de correr siempre hacia el mismo lado, junto a la copas de los árboles como islas extendidas sobre el fondo de un desierto magenta.

5.

Puedo verte desde la ventana más alta de mi casa, ésa que sólo tiene un cuarto, pensé que quizás nunca te pueda recorrer entero pero es desde ahí que puedo ver tu lado más feroz. Deseo verte correr y sentir el eco del salto de las rocas contra el río.

6.

Pequeñas plantas color verde cromo brillantes por el sol, pequeñas e infinitas plantas son como un mensaje de despedida donde las especies son cada vez menos y vos, cada vez más brillante.

El lago sigue muy bajo y en sus bordes encuentro, además de espuma color crema, un bosque talado y petrificado donde en el interior de los troncos hay pequeñas conchillas. Una vez me dijeron “Son un virus que viene desde China, las mismas se reproducen de a millones tapando las turbinas de la represa, a causa de esto puede incendiarse”. Por debajo de las conchillas se puede ver que las raíces de esas rocas no son como las recordaba sino que éstas están unidas, no trenzadas sino continuas, como formando un circulo con espinas que salen desde la arena. Las toco y sigo pensando en el verde brillante y en una ola gigante que tapa la cuidad, sigo caminado.

7.

Viendo el infinito punto verde lleno de sauces y de espinas, las rocas volcánicas de un desierto, el salto a la calle de agua, el río, las turbinas, los troncos petrificados y los peces carnívoros, el cielo amplio celeste y rosa al mismo tiempo ,el agua del lago cuando crece, creo que este viaje no tiene sentido. Aunque poder descubrir un lugar para poder correr y verlo desde lejos, siendo así ésta la superficie de la naturaleza que me queda.

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